17.7.12

La lámpara de dios

La luz no es fácil de asimilar, sobre todo si se vive en penumbras la mayor parte del tiempo, y es que para algunos luz es vida, existir, esperanza; para otros, algo que existe y ahí esta presente en todo momento como algo invisible y que hace su función silenciosa e inevitablemente. Si de algo no se puede dudar a todo esto, es que la luz existe como fenómeno, elemento, situación, presente y/o cualquier otro concepto que se le quiera añadir, y que al fin de cuentas se aclara: luz es luz.

Cuando tomamos luz podemos "ver", nos asociamos con lo definido en una unión inmediata, casi celular y nos entremezclamos hasta perdernos; luz franca y amiga, gusta desnudar lo incorpóreo hasta salvar nuestro nombre en el mundo. ¿Sin luz que sómos?, uno se pondría a pensar en un día de sol; ¿piedras o nubes?, ¿agua o sombra?... inexistencia facilona y corriente. 

¿Qué se puede ser sin el cero?

Ayer me regalaron una lámpara de bolsillo sin foco y paradojicamente me sentí mas iluminado que en una tarde de verano, a ésto, curiosamente la lámpara me pareció como un sol que después de tanto usarse se fundió, y que ya sea por el paso del tiempo o por un accidente dejó de iluminar vidas pasando a formar cierta complicidad con la noche hasta caer en desuso. La lámpara cabe aclarar, por si sola no tenía nada de chiste; negra, con una pequeña franja amarilla en el borde, ningún diseño contempo que llamara la atención o de cincuenta pesos de perdido, aun así, ese instrumento práctico y simplón que tendría como función dar luz mediante un pequeño foco amarillo y unas pilas doble AA, tomó propio el honor y sacrificio de mentarme la madre como objeto y tomar su propio cauce individual, es decir, la lámpara no hacia nada, no tenía luz, ni foco, ni pilas y estaba medio rota de la parte de arriba, añadiéndole también que ni presumirla podía, no tenia ningún diseño llamativo y el cordón donde se le puede colgar de la  muñeca ni siquiera existía.
Ante tanta disfuncionalidad, la casualidad de su sola presencia me causo revuelo. Los defectos de la lámpara se transformaron en efectos contraproducentes para la luz de la hora en que me la dieron; estaba atardeciendo y sentía como si me hubieran dado una lampara de bolsillo anarquista para iluminar mi existencia cínica antes de que anocheciera. Comprendí entonces que estaba ante un objeto independiente y que su aura de ''solido funcional'' se había desvanecido por el de algo mas complejo, como si hubiera habido un solo paso conversor, pequeño e insignificante de ser objeto a algo más, y es que no me atrevería a decir sujeto, porque en el homólogo uso de la palabra eso que estaba viendo no estaba sujeto a nada, tal vez se necesite ser mas categórico y utilizar la palabra "arte"; de pronto, en mi cabeza me lo imagine en el TATE sobre un cajón blanco con forma de monolito en el centro de una sala vacía sin ninguna de las demás mierdas que se exponen, solo ahí, solo el frivolamente acomodado y... después ya me dio hueva seguir pensando, no, no, eso no es arte no mames; ante tal afrenta portentosa inmediatamente considere no considerarlo algo, se merecía tal vez no un concepto categórico sino un nombre, pero no se me ocurría ninguno.
Situación cruel se estaba tornando aquel momento en que adquirí aquella cosa que hasta con el paso del tiempo me empezó a causar molestia, tanto así que ya estaba yendo demasiado lejos e ignorando la posible calidad histórica que tenía; de este modo a como yo veía, podía hacerse todo un estudio topográfico y hasta criminológico, por ejemplo, una de las deducciones que saqué era que la lámpara en algún momento pudo haber cumplido ponderadamente su rol de lámpara, habiendo iluminado facilmente algunas cuantas noches, rostros, llaves perdidas, alguna que otra moneda caída por estar manoteando al aire y cualquier otra cosa o situación malévola u oscura que se hubiera presentado, sin duda alguna creo yo, la lampara tuvo su época heroica, epopéyica, esa en la cual destazaba las penumbras haciéndolas polvo mas fino que las cenizas, apagándose feliz y obediente después de haber terminado cada tarea bajo el potente halo resplandeciente de su luz. Otra de las adecuadas deducciones que observé se refería a sus desgastes físicos; creo yo que un día cualquiera se cayó verticalmente de la parte superior, pudiendo haber quebrado el pequeño foco y su protección; he de ahí pienso yo la rotura que tiene, sin embargo, al estar checando esa parte vi algo aun mas que me llamo la atención y es que pareciera el foquito se hubiera quitado limpiamente, como si alguien sin algo mejor que hacer lo hubiera hecho, hasta se ve esmero y paciencia por que la lampara se perciba ridícula y absurda sin foco, como si un cirujano soez en un momento cualquiera hubiera tenido algunos minutos libres en la sala de operaciones.

Se había podido tener hasta ese entonces cierto conocimiento sobre lo que pudo haber pasado, pero, como es que llegó a mis manos, no estaba trazado un mapa en su superficie, ni siquiera estaba dentro de lo posible imaginar teniendola ese día; se puede decir que fue un encuentro totalmente fortuito.
Yo  creo, y es solo una suposición estúpida, que ese tipo de seres (porque yo creo despues de haber visto todo eso que paso de ser un objeto a un ser) son tan independientes y anarquistas que viven solo para hacer ver la vida de una forma mas cínica de lo que podría ser un amanecer sin luz, y es tan aberrante la complejidad de su presente, que terminan cayendo en desuso y el desuso en olvido, aun así, es su vida y la seguira siendo, un ser así de todos modos (y hay que saberlo) llega a tener una vida mas interesante que la persona "x" de la colonia "x" que trabaja en la empresa "x" que algún día "x" ira a comprar en la tienda "x" una lampara de bolsillo de menos de cincuenta pesos.

Hay seres, hay seres...

8.7.12


Cuándo las lágrimas lloran los rincones, no hay dónde esconderse.
Los rincones nunca han sido para esconderse pero son los mas placenteros para dormir.
Las lágrimas no salen cuándo duermo; no se puede llorar soñando, no se puede soñar contigo, no se puede dormir en un escondite, los escondites no pueden dormir con nosotros, las lagrimas no pueden esconderse de nosotros, nosotros somos lagrimas extañando dormir; descansar placidamente en un suelo frio y gris, como cual cemento en el corazón, seco, esperando humedecerse con algúnas cuantas penas nubarrosas.

Amar y dormir solieron ser palabras, las palabras solieron ser palabras, amar y dormir solieron ser rincones durmientes, espacios silentes para ahuecar la nuca tras un día de estres y dormir en un rincón medio soleado, medio nublado, con los ojos medio abiertos para ver si medio lloro y darme cuenta de que somos lágrimas tratando de buscar un descanso en la superficie mas próxima a encontrar. Aún así las lágrimas no duermen, solo descansan, mientras que nosotros seguimos sufriendo insomnio de amor.





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