Me pregunte si los días tenian que ser así,
pesados, maltrechos,
con olor a anciano
con olor a anciano
puse la maldita tarjeta, me senté y abrí la ventana
Supe que el aire se llevaba las palabras y el que vendía periodicos se las comía
y al final solo los desechos acarician la tarde
acostándose en el pavimento
disfrutando, volando, llendo de aquí y allá
como tiene que ser en un lugar hecho para desaparecer
No hay comentarios:
Publicar un comentario