Hoja de dioses
en templos sin puertas
vasallos dislocados
en lunas corinas.
Selvas marchitas.
Colores de octubre
en la piel de un amor
asincerada excelsitud de oido
exhonerante vello misogeno.
Parte la lengua castellana del duelo
ombligo inmaculado sin celo
parte intima sobria
loza en la blanca sosobra de tu dolor.
Como dos momentos
en tiempo de sobra
que inyectan su alma
al mistico calor de aroma.
Frio que enardece
lastima que llora
pena que enloquece
lagrimas que moran.
Movimientos que roban
sigilando morbidamente
la cutanea de la aurora
la sanidad del lastimado.
Como sobajado
ultrajado mi espiritu
del recuerdo inosipito
mis ojos ciegos
llenos de ti
renacen de mis palabras
para caer rebozando
de locura y pasion sin soledad
a esa boca que inspira
la magia de cada maniobra
en mis dedos impuestos por ti
para tu cuerpo
que enalteze mi ser
en la sombra de cada mañana
en el final de una madrugada sin horario
sin litigio
sin esa palabra que llamo
"claridad en mis pasos sin pies".
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