el fuego
el cielo
la fe del silencio que conserva
la palabra de mi sentimiento.
Entiendan
la voz es silueta
conserva
las sombras de tu cuerpo.
Cimientos.
Como carreteras en la noche
solventan
los miedos de un dios.
Mi dios.
El dios.
Conoce la flor de tu pecho
excelsa inquietud de mi pensamiento.
No.
No me pertenece.
No.
No me inconcientiza.
No.
No a la oscuridad.
Mi sociedad.
No mi humanizacion numerica.
Tremenda muerte
satira de los dos mil años concientes.
Inocentes.
Interrogante de la admiracion a la molecula
divina
transgenica.
Mutable, trasparente trascendencia de las letras.
Que llevan lozas y cruzes de aromas
germinantes de un transgenero involuntario.
Al sol de luna.
Al arbol de petalos
que ramifica mi espiritu
en una teoria teologica
fisica, catatónica.
Que hace que tiemble el cantico de la felicidad angustiante.
Minotaruro de cien luces
en un cuento
de metaforas inconcientes
que guardan la vista
de la adversion a una hoja en blanco.
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